Hablar de Monfort y explicar mi experiencia como madre de familia me llena el espíritu y la actitud de gran emoción y profunda gratitud.
Cuando conocí a los integrantes de Monfort, especialmente al profesor Ricardo y a la profesora Ana Victoria, la primera impresión fue confianza y seguridad, explicaron brevemente su metodología para la enseñanza del idioma inglés dentro de las aulas escolares. Debo indicar que yo había cambiado de colegio a mi hija en segundo de secundaria y para ese momento ella ostentaba un nivel medio alto de inglés y ese primer año en el nuevo colegio no avanzó nada, no salía de verbo “to be”. El año 2017 llega al colegio el equipo Monfort y a muchos padres de familia (por no decir a todos) en el colegio, nos cambian la percepción de la pedagogía, de la educación en general y de lo que en realidad es el servicio educativo, en suma nos plantearon una educación completa, rica en valores, de mucha cercanía entre la familia, el profesor y el alumno, viendo siempre a este trinomio como la “nueva célula fundamental de la sociedad”, reaprendí a ver la educación, la formación y el acompañamiento de los hijos – alumnos como la esencia del aprendizaje, de la cultura actual y de conocer todos juntos los cambios de la sociedad, la tecnología y encaminarnos hacia el progreso.
Efectivamente, en los primeros conversatorios y clases de mi hija con éstos profesores Monfort me consolidaban la idea que lo dicho y oído en un primer momento no fue flor de un día o una simple charla bonita para acoger “clientela”, todo lo dicho era cierto, se evidenciaba y mi hija cada día más motivada y no sólo en las clases de inglés donde se la niveló y se le enseñaba de acuerdo a sus capacidades y posibilidades, sino que también generó mucha empatía conmigo en casa y con sus compañeros y demás profesores en el colegio. Posteriormente, invitaron a mi hija, con mi consentimiento y anuencia ( el respeto a la opinión de los padres, es uno de los valores primordiales en estos profesores) a ser parte de lo que ellos llamaban “Juniors” que son los alumnos destacados, que por su mayor desenvolvimiento en el curso de inglés podían ser colaboradores de sus profesores y también de sus compañeros, reforzándoles el idioma y sin querer también replicaban esta práctica en los otros cursos; en suma los alumnos Monfort van creciendo en aprendizaje de inglés a muy altos niveles y estándares al mismo tiempo que se van consolidando como mejores personas: ciudadanos, hijos, estudiantes, amigos, etc.
Un criterio que también llamó mucho mi atención dentro de la formación humana del grupo Monfort son los valores cristianos que infunden no sólo a los alumnos, sino que también a través de ellos a la familia entera y a los que la rodean. Reitero que, el saber que fuera de las aulas hay un acompañamiento humano, personal, de crecimiento y superación a cada alumno, marcó para mi la diferencia en el aprendizaje del idioma ingles y la educación integral. Tambien es cierto, que no todos aprovechan esta metodología y enseñanza de la misma manera, más si es cierto que quienes lo hacen reditúan la inversión en Monfort a un mil por ciento, en suma, éstos, se hacen socios capitalistas en el crecimiento personal, familiar y entorno de sus alumnos.
Como vivimos en una sociedad egoísta y hedonista muchos no toman en cuenta lo imponte que es formarse en forma integral y creen que sólo es importante el idioma inglés y vaya que lo es y con que excelencia se imparte en Monfort, prueba de ello es que no sólo lo enseñan sino que lo certifican internacionalmente, por lo que los conocimientos adquiridos en este instituto o con la metodología de Monfort además tienen el valor agregado de un diploma internacional que para las universidades, otros estudios y trabajos se hace de suma importancia y cobra gran valor porque distingue a la persona al tiempo de ahorrarle tiempo y dinero para avanzar en otros conocimientos. Entonces, de lo dicho se desprende que un estudiante Monfort, como es el caso de mi hija Catalina no soló ha pasado por tener conocimientos de inglés, certificarlos, ser maestra del idioma a sus cortos 18 años, sino que también le han reforzado los valores impartidos en la casa, el don de gentes y la voluntad de servir la han magnificado, porque el apostolado de los profesores Monfort nos abarca a todos.
Otro aspecto importante que ha sumado mucho a nuestras vidas es la proyección a futuro que forma el equipo Monfort en sus alumnos, orientándolos y brindándoles horizontes amplios, aterrizados y absolutamente posibles en el tiempo, con dedicación y esfuerzo, haciendo que cada estudiante Monfort no sólo consiga sus metas como persona y profesional sino que tenga mucho para aportar y atender con el servicio en la sociedad.
Ahora que me permiten estas palabras, concluyo como inicié dando gracias, infinitas gracias primero a Dios por haberme permitido cruzar mis caminos y el de mi hija con el equipo Monfort, a Monfort por todo lo aportado a mi familia y a mi Catalina de modo especial, a la vida por enseñarme vez con vez que siempre hay un mejor mañana lleno de expectativas, posibilidades y verdades que en el tiempo se hacen realidad con esfuerzo, tesón y respeto al prójimo.
“Haciendo cosas ordinarias de manera extraordinaria” …